Por María del Pilar Surín, Andrés Catalini y Mariano Pisani. Rory Smith,
periodista de The New York Times e investigador de FirstDraft, fue contundente
cuando dio a conocer algunos datos en el inicio de la Conferencia Internacional
sobre Desinformación que se llevó a cabo en la sede de Google Argentina: el
fenómeno no solo está presente en Argentina, sino en todo el mundo.
Junto a Eugenia Mitchelstein, directora de la carrera de Ciencias de la
Comunicación de la Universidad de San Andres, Sergio Lüdtke, responsable del
proyecto Comproba, y LauraZommer, directora de Chequeado y Reverso, expusieron
un panorama general sobre el avance de ésta compleja problemática.
“La desinformación se
mueve en olas”
A pesar de que la desinformación pareciera moverse en olas, tal como lo
afirma Lüdtke, la jornada en la sede del mayor buscador, permitió que periodistas
y profesionales puedan capacitarse y conocer más acerca de ésta temática que
requiere de trabajo en equipo.
Tal como lo dice Laura Zommer, en el marco de abordar la desinformación
“se quiso terminar con la grieta de medios para poder trabajar en equipo”.
Las diferentes iniciativas en contra de las falsas noticias, y que se
han puesto en marcha en los últimos tiempos, han fomentado el trabajo
cooperativo, e incluso lograron aliar a los medios de distintas ideologías
políticas.
“Los Argentinos descreen de todo”, dijo Mitchelstein desencadenando la
risa de varios de los presentes. Las estadísticas que la pantalla exponía,
aclaraban que la mayoría de las personas, saben reconocer en las redes sociales
una noticia falsa. Es decir, la mayoría de los argentinos no cree todo lo que
ve en internet, pero si creen que la mayoría lo cree: que paradoja, ¿no?
Entre estadísticas, números que sorprenden y ejemplos de lo que sucede
en ámbito periodístico, los expositores les brindaron a los trabajadores de los
medios, incluso a los futuros profesionales allí presentes, diferentes
herramientas para lidiar con los rumores de la era digital y para aprender a
construir un periodismo, no solo libre e independiente, sino también abierto y
colaborativo.
Las primeras exposiciones de la tarde transcurrieron con normalidad. Un
panorama sobre la desinformación en nuestro país, sumada a la descripción de la
experiencia y el aprendizaje de las organizaciones que luchan contra las fakes
news fueron presentados en aquella oficina, de uno de los gigantes tecnológicos
más importantes del mundo.
El objetivo era uno solo: luchar contra la información que se simplifica
o que se hace sofisticada para engañar. La mentira sexy y fácil de creer, es el
factor que sacude a todos por igual.
Al margen de ese panorama sombrío tranquiliza ver a varios de los exponentes
del periodismo y la comunicación organizados y en un mismo barco. En esa
oficina de Puerto Madero las reglas del juego parecían estar bien claras: el
objetivo es la búsqueda de una alianza plural. Con ganas, nuevas ideas, y
capacidad de trabajo. Se resume con lo que Laura Zommer sintetizó en una frase:
“trabajando así ganamos todos”.
La lucha contra las
“fakenews”
Luego de varias charlas vino un “break” de 20 minutos, en el que se
podía comer alguna medialuna, tomar agua o simplemente estirar las piernas y
hacer sociales con los demás periodistas que participaban del evento.
Posteriormente llegó el momento de la entrevista grupal a diferentes
representantes de medios de verificación de Latinoamérica. Estaban Sebastián
Auyanet de Verificado (Uruguay), Elodie Martínez de AFP Latam Fact checking
(Uruguay), Edison Lanza de la Office of the Special Rapporteur for Freedom
of Expression IACHR, Sergio Lüdtke de Comprova (Brasil) y Luisa Fernanda
Gómez de Colombia Check (Colombia).
En el marco de la exposición se ofrecieron tips para tener en cuenta
para no caer en las fake news durante tiempo de elecciones.
Finalmente, luego de una hora de preguntas y respuestas, llegó la charla
de Sam Gregory, director de Witness, quien usó sus minutos de exposición para
exponer una amenaza que avanza: las deepfakes. Una tecnología de inteligencia
artificial que permite crear audios y videos falsos, al incorporar a personas
reales en situaciones que nunca existieron.
Tras terminar la charla y culminar el evento, los periodistas se
reunieron en el hall del primer piso donde, en media hora, disfrutaron de un
copetín y a su vez la charla con sus pares de trabajo. Luego del intercambio, a
cada periodista que iba saliendo de las oficinas de Google, se les entregaba un
regalo: un par de medias con la frase: “¿Huele raro? Verificalo.”
En Google en Puerto
Madero
Entrar a Google no es fácil, pero para tres estudiantes de periodismo
con la pasión de aprender, nada es imposible. Llegamos a la puerta de la
empresa con la esperanza de ingresar a la Conferencia Internacional sobre Desinformación
de Google News Initative, aún sabiendo que no estábamos acreditados para el
evento.
Ni bien habíamos cruzado la puerta, el cordial guardia de seguridad del
edificio nos interrogó para saber el motivo de nuestra visita. Automáticamente
una mueca de picardía invadió nuestras caras, y disimulando el miedo, le
dijimos que íbamos al evento de Google. A pesar de no estar registrados y tras
una larga suplica, el amable caballero solicitó la presencia de Juan Manuel
Lucero, el coordinador de Google News Lab, quién con amabilidad y soltura nos
explicó que a raíz del paro de subte que estaba atravesando Capital Federal ese
día, con certeza iban a faltar personas. (nos guiñó un ojo, señal que
significaba que era muy posible que haya lugar para nosotros).
La felicidad era imposible de ocultar, cuando se abrieron las puertas de
una empresa internacional tan grande, para tres estudiantes apasionados y con
sed de absorber nuevos conocimientos.
Ya en el primer piso del edificio, y con el cuaderno y lapicera en mano
que nos entregaron en planta baja, comenzó nuestra aventura. El salón grande
como nuestra sonrisa y con vista al Luna Park, nos recibió con un banquete de
alimentos para empezar la jornada con el estómago contento. Periodistas de
todas partes del mundo compartían el recinto con nosotros, intercambiando
anécdotas entre todos, como si el amor al periodismo generara un lazo invisible
y rompiera con las barreras de la vergüenza al iniciar una conversación con un
desconocido.